BAARIA, CADA VEZ QUE ALGUIEN LA CRITICA ME RESULTA MÁS GENIAL

Este pasado viernes 21 de Abril se estrenó Baarìa, la última película del maestro Giuseppe Tornatore. Ante feroces críticas, nefastas opiniones y fatídicos veredictos hacia dicho film, fui con cierto escepticismo, dudando si saldría agradado del cine por muy devoto que fuera del director siciliano. Cuando acabó la película… no pude articular palabra. Tornatore lo había vuelto a hacer. Gafapastas y “cinéfilos” vestidos de personajes de Star Wars que dicen saber de cine habían calumniado en vano.

El verdadero problema al que se enfrenta el cine es que todo el mundo opina. Para empezar, dudo que todos aquellos retractores que le han salido a la película y a Tornatore (Torni para los amigos) la hayan entendido en su plenitud. Eso por no decir que la mitad de esas personas no habrán visto más de 2 películas del director italiano. Lo que más se ha escuchado es que Tornatore crea un "costumbrismo exacerbado y dramatismo artificioso, además de cursilería complacida y falta de emoción". Concretamente he seleccionado mi crítica favorita: 'Baarìa' suena a impostada, a oquedad con adornos. El director aspira al fresco histórico, pero todo es en vano, lleno de trampas" (Carlos Boyero: Diario El País) De esta crítica saco 2 conclusiones:

1. Carlos Boyero, prestigioso crítico y columnista de “El País”, sabe lo mismo de cine que una modelo cocainómana y analfabeta.

2. Cualquiera puede ser crítico (cobrando un salario que imagino no será escaso) por inventarse un par de frases difamando una película.

El Gran Carlos Boyero, mostrándonos con una pose desafiante su superioridad ya que sabe MÁS QUE TÚ de cine.

Giuseppe en esta ocasión no busca la lágrima fácil, si no, a mi modo de entender, busca un reencuentro interior. Quiere hacernos reflexionar. Las cargas emocionales en este film están en segundo plano, pero se dejan ver como en cualquier obra del director italiano. Gran parte de esa emoción y nostalgia que nos transmite la película se da gracias “al de siempre”, el gran Ennio Morricone, que se vuelve a superar con esta banda sonora. Totalmente espectacular. Aquí os la dejo:

Respecto a la película en sí, sólo puedo decir que desborda durante dos horas y media de planos totalmente fascinantes y secuencias de ensueño. Hay transiciones de una época a otra simplemente brillantes que sólo las puede filmar alguien tan grande como Tornatore (ya me gustaría a mi ver a un Almodóvar o Amenábar haciendo Baarìa). Está protagonizada por Francesco Scianna y Margareth Madè, pareja que realiza un gran trabajo para mi gusto, pese a que era el primer largometraje de ambos. La película ha contado con la friolera cantidad de 25 millones de euros de presupuesto, 200 personajes con diálogos, 35.000 extras, 200 técnicos y 1.400 músicos para interpretar la banda sonora de Morricone. El director italiano, acostumbrado a realizar obras con mucho menor equipo y presupuesto, no ha desaprovechado esta oportunidad que le ha dado la productora Medusa. Aquí surge una anécdota que me resulta bastante curiosa. El propietario de dicha productora es Silvio, de apellido Berlusconi, primer ministro de Italia y líder del partido “Pueblo de la Libertad” (Derecha liberal). El director siciliano, por otra parte, tira hacia la izquierda, como bien demuestra en esta obra, en la que nos deja ver cierto afecto o predilección hacia el partido comunista. Berlusconi tras visionar el resultado ha clasificado este film de “Obra Maestra”. «Le estoy muy agradecido por decir que le gusta “Baarìa”», confesaba Tornatore en la “Mostra”, «pero eso no cambia mis ideas políticas, ni tampoco las suyas. Él seguirá pensando que los comunistas comen niños y yo seguiré pensando lo contrario».

Los protagonistas de Baarìa. Por órden:

Margareth Madè, Tornatore y Francesco Scianna.

En resumidas cuentas, “Baarìa” es un “Cinema Paradiso 2” (con un nivel inferior, ya que Cinema es una cima cinematográfica) pero con guiños indiscutibles hacía la película que le dio el Óscar en 1989. Como única objeción decir que abundan demasiadas referencias o contenidos políticos para mi gusto. La verdad ha merecido la pena pagar la entrada del cine (hoy en día que pocas veces se dice esto) y espero que la gente la valore como se merece.

Nota: 8,6