Sé lo que estáis
pensando… que he incumplido mi promesa. Aquella que decía que no volvería a
escribir en este blog u opinar sobre cine después de que le dieran el
Oscar a Sandra Bullock. Pero que culpa tengo yo de que Breaking Bad haya
asaltado las noches de mis últimas semanas como si de una banda albano-kosovar
se tratara, robando mi sueño y mi devoción.
Aquí os dejo una foto de Sandra Bullock. Lo que no sé es si es la de la izquierda o la de la derecha. (No he perdido mi humor)
Después de la broma,
digo, del final que nos ofreció Dexter el pasado domingo mi cuerpo me pide
una serie que por fin acabe como mandan los cánones, dejándote mitad aturdido
mitad bienaventurado. Dexter debió acabar en la temporada quinta, sexta si la
ambición de sus productores se volvía desmesurada. Pero el ansía de ganar
dinero cuando un producto gusta puede cegar a cualquiera, incluso a un profesor
de química. Y eso pasó con los productores de Dexter, llevando la serie hasta
una eterna y fatídica octava temporada en la que pierdes el interés generándose una sensación de desencanto entre sus
espectadores. Por no hablar de ese capítulo final… “Mon dieu”. Hace tiempo escribí en
este mismo blog, jactándome como no podía ser de otra manera, dos artículos sobre la cantidad droga que
se había metido Peter Jackson para realizar el final de The lovely bones y, más tarde, satirizando sobre el peyote que había ingerido Jeffrey Bloom al dirigir el final
de Flores en el ático. Pero eso queda en una anécdota si lo comparamos con
los genios que planificaron ese último episodio de Dexter. Surrealismo, escenas
que no tienen ningún sentido, poca fuerza narrativa… no es un final digno para
un personaje que nos encandiló en sus primeras temporadas.
Podemos tomar como referencia
alguno de los “trucos” del cine clásico. Si aparecía un primer plano de alguien
tosiendo (generalmente acompañado de un “no es nada, estoy bien”) sabías que ese
individuo iba a morir. O si alguien mataba a otra persona, por aquello de la
ética y la moral, también acabaría pereciendo. Por esa regla de tres, un tío
con cáncer y que ha tomado el asesinato como un pasatiempo debería morir tres o
cuatro veces.
Pero si algo caracteriza Walt es su capacidad de supervivencia. Bien por suerte o bien
por su inteligencia, siempre ha salido de situaciones extremas. ¿Por qué no lo
iba a hacer esta vez? Sé que mucha gente pide su cabeza, lo que lleva a plantearme si yo seré una mala persona por apoyarle. ¿Le cegó la ambición? Si. ¿Cometió
“travesuras” también conocidas como asesinatos u otros actos ilícitos? También.
Entonces, ¿Por qué le defiendo? Para empezar su “noble” causa siempre estuvo
ahí y no era otra que intentar ayudar a su familia. El poder le hizo perder el
norte, pero el ayudar a los suyos fue su mayor prioridad en todo momento. Las
cosas se torcieron, es lógico, más si te metes en negocios turbios. A partir de
ese instante tiene que empezar a tomar medidas drásticas para proteger a su
familia, y como no, para protegerse a sí mismo gracias a ese instinto de
supervivencia que tenemos todos los seres humanos.
Llegados a este punto el
debate se pone interesante. Que haría yo si fuera el guionista de Breaking Bad…
La mayoría de personas
dicen, piensan y confían en que Walt acabe muriendo. Por otra parte la serie se
caracteriza en sorprendernos con lo que menos te esperas, y en este caso, lo más inesperado es que nuestro protagonista acabara la serie con vida. Tras muchas horas de
estudio y realizando operaciones matemáticas en mi ventana a cual Rusell Crowe
en Una mente maravillosa os regalo el final que yo escribiría.
“Walter, tras acabar con
el grupo de nazis, rescatar a Jesse en un intentó fallido de redención, decide
poner fin a su vida suicidándose utilizando el ricino que no usó en temporadas
anteriores”.
Con esto consigues que la
muerte de Walter sea menos traumática para sus defensores y contentas al
público que le quiere bajo tierra.
Acepto otros posibles
finales, no dudéis en mojaros.
P.D: Pero que nadie se
ponga triste por el final de Breaking Bad, pues AMC ha anunciado que habrá un
spin-off cuyo protagonista será el carismático Saul Goodman. (Spin off es lo
que se hizo con Siete Vidas donde extrajeron el personaje de Aída para que
protagonizara su propia serie). Tendrá un contenido más cómico, acorde con las
virtudes y personalidad que nos ofrecía el personaje.
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