RÍO ROJO, LA GRAN SORPRESA DE HAWKS

A lo largo de toda la filmografía del género Western, y sin ser un examen de geografía, nos hemos encontrado con una gran variedad de ríos ("Río Lobo", "Río Grande", "Río Conchos", "Río Rojo", "Río de sangre", "Río Arriba", "Río Fronterizo", "Río sin retorno"…). Esta entrada está dirigida a uno de ellos en especial, a “Río Rojo”. Casualmente en la mayoría de estos films, como es el caso de nuestra película de hoy, el protagonista no es otro que John Wayne bajo la dirección de Howard Hawks (esta dupla la encontraremos en cinco películas). Cuenta con un guión que me sorprendió por completo, ya que a priori, leyendo el argumento parece una historia monótona. Creo que de todos los ríos nombrados con anterioridad es el más completo, el que mejor representa a las películas del oeste y, porque no, el que más me ha gustado.

A pesar de su larga duración, Hawks consigue transmitirnos momentos de suspense que evitan que caigas en el tedio o el aburrimiento. Las escenas nocturnas están muy conseguidas, intercalando perfectamente los cambios de ritmo en la narración. De los films de Hawks que he visto es sin duda la que más me ha impresionado (Junto con "Luna nueva"). Es un gran director con películas bastante afamadas, pero tampoco le había visto despuntar hasta que vi "Río Rojo". La única pega que se le puede poner a Hawks es su trilogía de "Río Bravo", "El Dorado" y "Río Lobo", tres películas exactamente iguales en las que sólo se modifican un par de actores y de escenarios. Las historias son prácticamente idénticas, algo que me terminé tomando con humor porque no daba crédito. Volviendo a "Río Rojo", otra clave es su banda sonora que viene de la mano de Tiomkin y es uno de sus puntos fuertes, ya que ambienta a la perfección toda la odisea en la que se sumergen los protagonistas. La fotografía también es para tenerla muy en cuenta sin olvidarnos de las interpretaciones. Como siempre destaco la de Wayne, pero en este caso con más motivo. Le encontramos en el epicentro de su carrera como actor, por lo que no tiene la inexperiencia de los primeros años, ganando presencia y confianza, y no esta en la decadencia de todo actor en sus últimos años (aunque en las últimas películas John Wayne también deja su sello magistral). Una anécdota curiosa es que cuando John Ford vio “Río Rojo” en su estrenó allá por 1948, se dio cuenta de que John Wayne era mejor actor de lo que pensaba, y realizó una afirmación que daba a entender su grata sorpresa: "Este hijo de puta sabe actuar" (John Ford no se crió en el Bronx, aunque lo pueda aparentar por ese lenguaje). También quiero destacar al actor secundario, Montgomery Clift, que sinceramente está a otro nivel. Fue su primera película y no pudo entrar con mejor pie, dejando muy buenas sensaciones. Algún día escribiré un artículo sobre este actor ya que tiene una historia “peculiar” y nada agraciada.

Montgomery Clift (izquierda) y John Wayne (derecha)
demostrando quien es más macho.

Cuando veo una película que me impresiona, como es este caso, me gusta meterme en foros para ver las críticas, insultos, o alabanzas que gafapastas y derivados “regalan”. Es curioso que esta película no tenga ni una mala opinión, por lo menos que yo haya visto, algo muy significativo ya que hoy en día te sacan pegas hasta a “El padrino”. Aun sabiendo el poco valor y las malas concepciones que se tienen acerca de los Western recomiendo este film ya que es uno de sus máximos exponentes.



Nota: 8,3

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