EL QUIMÉRICO INQUILINO, POLANSKI Y SU HUMOR

Hoy he vuelto a ver una de esas escenas que te ponen un brillo en la mirada y una sonrisa en los labios. Pertenece a “El quimérico inquilino” (1976) de mi muy admirado Roman Polanski. Es una secuencia que si al principio parece que no tiene sentido alguno, lo piensas y descubres que sólo puede ser una ocurrencia genuina de Roman para hacernos reír. Tenemos la película con su trama correspondiente donde un hombre lucha para vivir a su manera, tranquilamente, mientras se ve perseguido por las normas de su comunidad de vecinos que le “someten” hasta perder la razón. En mitad de toda esta historia Polanski mete esta escena. (Está en un idioma que traspasa nuestras fronteras.)


Justo antes de pegarle Roman dice: “Maldito sinvergüenza” y tras esto continúa la trama de la película como si nada. Ver para creer.

El protagonista de la película es el propio Polanski. Tengo que reconocer que me encanta verle actuar (desde que vi “Pura formalidad” con Tornatore me dejó prendado). Pero para ser fieles a la verdad su actuación en “El quimérico inquilino” es como empujar a alguien en silla de ruedas. No empieza mal del todo, pero según avanza la trama Polanski se transforma en algo que hace daño a la vista. Se empieza a vestir de mujer, empieza a dar gritos como si fuera Robert Mitchum en “La noche del Cazador”… un desastre. En su defensa diré que el doblaje que le ponen en castellano es infame.


Hablando un poco de la película en sí, nos la venden como un terror psicológico pero no me atrevería a clasificarla dentro de ningún género. Tiene tintes de thriller, de comedia negra y de drama. No terminé de empatizar del todo con el protagonista, quizá por eso perdí el interés en ciertos momentos. La película se puede hacer larga, plana y monótona, pero tiene algo especial. Un lado oscuro que te atrae. Plantea situaciones bastante interesantes al protagonista aunque lo mejor bajo mi punto de vista es el final, muy logrado desde el punto de vista de la realización, recordándonos a Hitchcock en “La ventana indiscreta”. También destaco una escena en la que el protagonista va al cine con una mujer a ver una película de Bruce Lee y se empiezan a meter mano mientras un personaje embobado se les queda mirando. Esta secuencia resume casi toda la película. El protagonista que busca intimidad, y ni siquiera en un cine oscuro la encuentra. Y para colmo, de fondo, una película de artes marciales, lo más romántico del mundo.

       

Nota: 5

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